Intervencionismo Prótesis Tiempos: 300 casos

Autor: Ricardo Isoro

Hospital Enrique Tornú, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

Resumen

Objetivo

Establecer la frecuencia de complicaciones en las distintas patologías, diferenciarlas según el tipo de stent utilizado y relacionarlas con el tiempo de permanencia de las distintas prótesis. Determinar los promedios de permanencia de las prótesis en la curación de la estenosis benigna.

Material y Método

Análisis retrospectivos de 388 informes de broncoscopia intervencionista efectuados para tratar 300 pacientes con obstrucción total o parcial de la vía aérea, debida a lesiones de naturaleza benigna o maligna. Se evaluó el éxito terapéutico en función de su capacidad para restituir la luz traqueobronquial.

Resultados

300 pacientes con obstrucción parcial o total de la vía aérea, 115 mujeres, edad media 52 ±16,26, rango 14-86 años. Se practicaron 388 procedimientos terapéuticos y se logró la repermeabilización de la vía aérea en el 96,33% de los casos. Se utilizó un total de 318 prótesis. Con una gran tolerancia general a los stents de 99,68% y del 100% para las prótesis de silicona sin metal. En 126 pacientes con estenosis benigna clásica post intubación se utilizaron 107 prótesis para 122 estenosis traqueales y 4 bronquiales. La tasa de curación fue del 44%. En los que se utilizaron prótesis, estas permanecieron instaladas durante un lapso de 21,2 ±13,30 meses para los casos curados. La complicación más frecuente en el tratamiento de las estenosis benignas fue la migración del stent: 13%, mayor en las prótesis de silicona rectas (85,7%) en relación con las estenóticas (14,3%). El desarrollo de granulomas (9,24%), fue más frecuente con el uso de los modelos rectos (60%).

El segundo grupo reúne 174 pacientes con afecciones “no estenosis benigna”, que contiene 110 casos de carcinoma, 10 metástasis endobronquiales de tumores extrapulmonares identificados y los restantes, corresponden a variadas etiologías. Se utilizaron 211 prótesis en este grupo, resultando en promedio 1,2 ±0,46 stent por paciente. La tasa de complicaciones fue del 6,32%, con la hemorragia en primer término. La mortalidad atribuible al tratamiento, en los 388 procedimientos realizados fue del 0,25%.

Conclusiones

La broncoscopía rígida muestra su capacidad para restablecer la luz en situaciones de obstrucción de la vía aérea, con una tasa de éxito superior al 96% y muy baja mortalidad. Las prótesis de silicona con diseños del tipo “estenótico” resultan decididamente más eficaces que los modelos rectos, para el tratamiento de las estenosis traqueales benignas,. Aunque el tiempo de permanencia necesario para la curación de las estenosis benignas no ha sido aun definido, este lapso puede hallarse en torno a los 22 meses cuando se utiliza un modelo estenótico, pero mayor cuando se aplica un stent recto.

Introducción

El tratamiento endoscópico de las lesiones que producen oclusión o suboclusión de distinta magnitud en la tráquea, bronquios fuente o en algunos lobulares, ha logrado suficiente difusión dentro de la comunidad médica internacional al punto en que su realización se encuentra bien establecida (1). La indicación de aplicar un método que pueda recuperar la ventilación pulmonar suspendida por la presencia de una lesión obstructiva surge de forma inmediata en el broncoscopista. Sin embargo ha quedado limitada a aquellos casos en los que no es posible un tratamiento de exéresis a cielo abierto. La utilización de endoprótesis de silicona es otro recurso muy utilizado con el fin de proveer soporte adicional a la vía aérea luego del tratamiento y para prolongar su efectividad. Así, el tratamiento endoquirúrgico se ha ido simplificando y los médicos intervencionistas han acumulado experiencia en su realización, tarea que ha demostrado brindar beneficios que guardan proporción con la magnitud de las dificultades vencidas durante su implementación (2-3).

Pacientes y método

Se obtuvieron los datos informes de broncoscopia intervencionista que corresponden 388 procedimientos realizados para tratar a 300 pacientes, con afecciones benignas y malignas que ocluían en forma parcial o completa, la gran vía aérea.

El intervencionismo aplicado a los pacientes fue realizado en una o varias sesiones. Ninguno de ellos era pasible de tratamiento de resección por cirugía convencional y todos fueron sometidos a una broncoscopia flexible con la finalidad de evaluar las características de la lesión. Así, se sostuvo la indicación del procedimiento considerando la posibilidad de reexpansión pulmonar y la presunción clínica de mejorar la disnea con el tratamiento, en todos los casos de enfermedad maligna y en las estenosis benignas que reducían la luz en un 50% o más. Esta evaluación subjetiva fue establecida por comparación del diámetro en el área afectada con el existente en la vía aérea sana próxima a la lesión; y con la referencia del calibre conocido del broncoscopio en uso.

Los pacientes fueron sometidos a tratamiento con broncoscopio rígido o flexible, bajo anestesia general y relajación muscular, en quirófano y bajo control continuo de la función cardíaca y respiratoria. Recibieron 2 gramos de cefalotina endovenosa en inyección rápida minutos antes del procedimiento.

Los tratamientos fueron llevados a cabo por dos neumonólogos experimentados, con dedicación exclusiva a la broncoscopia.

Para la recanalización de la vía aérea se efectuaron maniobras de dilatación con bujías de diámetro creciente, balón y/o broncoscopio rígido. También fue utilizado un electrocauterio para realizar cortes en algunas estenosis benignas y termocoagulación con vaporización de tejido en las lesiones malignas. Los casos, en su mayor parte, fueron tratados utilizando un broncoscopio rígido de tubos intercambiables de diferentes calibres, juego de ópticas, introductores de prótesis, pinzas adecuadas para su movilización, sondas y cintas para aplicación de tubos T del tipo Montgomery. En pocos casos, el tratamiento se realizó o completó con un broncoscopio flexible olympus BF1T30.

Se dispuso la aplicación de distintos modelos y dimensiones de stents de silicona para la vía aérea, aunque también se utilizaron stents dinámicos y autoexpandibles. Se aceptó como “buena tolerancia” al stent, a la ausencia de manifestaciones clínicas que motivaran su remoción.

Se consideró el resultado en virtud de haberse logrado la recuperación suficiente de la luz en la vía aérea.

En las estenosis benignas, se estableció determinar cómo repermeabilización traqueal o bronquial satisfactoria, a todas aquellas en que la luz del área afectada hubo alcanzado el 75% o más del calibre normal para ese caso, luego de finalizar su tratamiento.

Se consideraron complicaciones a todas aquellas ocurridas durante o después del tratamiento cuando se vinculaban directamente a él. Se consignan así hemorragia, desaturación, con disminución mayor al 4%, rotura de la pared de la vía aérea, reestenosis, migración del stent, desarrollo de granulomas y colonización de la prótesis.

Los casos de muerte fueron consignados cuando esta fue debida a causa del tratamiento instituido o a consecuencia directa de este, durante su aplicación o con posterioridad a ella.

Se estableció considerar “curados” a todos aquellos pacientes que, tratados por estenosis benigna, y luego de removerse el stent cuando se hubiere implantado alguno, se mantuvieran libres de recidiva y con una luz en la vía aérea, mayor a la que poseían antes del tratamiento y que a la vez no presentaran disnea ni estridor al cumplir con sus tareas cotidianas habituales.

Resultados

Se realizaron 388 procedimientos en 300 pacientes (1,29 procedimientos por paciente).

Los procedimientos realizados con broncoscopio rígido sumaron 383 (98,7%), en tanto que en 5 casos se utilizó el broncoscopio flexible (1,3%). En 11 casos, de los 300, la recuperación de la luz bronquial no fue posible y se consideró entonces como fracaso del procedimiento. Todos ellos correspondían a pacientes con diagnóstico de carcinoma, y la lesión tumoral endobronquial era además intramural e infiltrante. La repermeabilización de la vía aérea fue posible en 289 pacientes (96,33%). Tabla A.

Del total, 115 fueron mujeres (38,33%) y 185 varones (61,66%). En un rango de edades de 14 a 86 años. La edad media fue de 52 años ±16,26 y se utilizaron para el tratamiento 311 prótesis de silicona (97,8%), un stent autoexpandible polyflex® y 6 prótesis dinámicas de Freitag, sumando así un total de 318 dispositivos. De este modo, se trataron 126 estenosis benignas en tráquea y bronquios (42%), y 174 afecciones “no estenosis benigna” (58%), Tablas B-C. Este último grupo comprende 110 casos de carcinomas que incluyen 10 metástasis de tumores primarios extrapulmonares.

En cuanto al uso de prótesis por patología, las 126 estenosis benignas requirieron 107 stents para su tratamiento (0,84 stent por paciente).

Para el grupo de lesiones “no estenosis benigna”, de 174 casos, se usaron 211 dispositivos. (1,2 ± 4,6 prótesis por paciente). Tabla D.

En los 388 procedimientos se presentaron complicaciones en 44 de ellos (11,34%), que serán detalladas en adelante.




Grupo estenosis benignas

De los 126 casos con estenosis benigna, 122 afectaban la tráquea (96,82%) y 4, (3,18%) a los bronquios fuente. 100 del total, (79,40%) eran estenosis postintubación. De las 26 restantes, 4 sucedieron en el sitio de una anterior traqueostomía, 4 fueron recidivas en el sitio de anastomosis término-terminal de la cirugía a cielo abierto efectuada con anterioridad para la resección de la estenosis traqueal, 4 con posterioridad a rotura de tráquea, una luego de trauma severo de laringe y otra por aneurisma de aorta. No pudo determinarse la causa en 9 casos.

Cuatro lesiones estenóticas benignas se hallaban en los bronquios fuentes, dos eran secuelas de tuberculosis pulmonar, una posterior a lesión bronquial traumática y otra a intubación bronquial anestésica.

Las estenosis traqueales eran de conformación compleja en 113 casos, (89,7%) simple en 11 (8,7%), y 2 fueron subglóticas (1,6%). Tabla E.

El seguimiento controlado de los pacientes resultó bajo en extremo. 88 casos, (69,8%), no concurrieron a las citas establecidas. Aunque muchos casos de este grupo se encuentran aún en tratamiento, un gran número han perdido contacto con el servicio de endoscopia en forma completa; incluyendo también aquellos a quienes se les había retirado el stent por considerarse que el tiempo implantado suficiente hubiese culminado.

De los 38 restantes, 17 casos alcanzaron la curación (44,7%) y 21 requirieron un stent en forma permanente, algún tratamiento adicional, como la traqueotomía definitiva, o continúan en tratamiento. Tabla F.

La permanencia mínima de la prótesis fue de un mes y la máxima conocida de 106 meses, con un promedio de permanencia general de 19,6 meses. Tabla G.

En el grupo de los 17 pacientes curados se utilizaron 11 prótesis. Cada paciente recibió un stent y 6 no requirieron ninguno. El menor tiempo de permanencia registrado es de 2 meses, para un tubo en “T”, pero tratándose de stents clásicos rectos de silicona, el registro menor indica 10 meses y el máximo 36, con un promedio de permanencia para la curación de 21,2 meses. Tabla H.

Las 11 prótesis que utilizaron los pacientes curados fueron todos dispositivos de silicona, modelo clásico en una sola pieza y sin metal. Seis de ellas estenóticas, 3 rectas y dos tubos en “T”. Tablas I-J. Finalmente, el promedio en meses que permanecieron los stent instalados según los modelos fue de 22,6 meses para los estenóticos, algo más: 28,6 meses para los rectos y 6 meses los tubos ”T”. Tabla J.


Complicaciones: se presentaron complicaciones en 44 de los 388 procedimientos (11,34%), todos realizados con broncoscopio rígido. Los cinco tratamientos instituidos con broncoscopio flexible no tuvieron ninguna complicación. El mayor número de ellas ocurrió en el grupo de pacientes con estenosis benigna, con un total de 33 en los 126 casos. Las complicaciones observadas en el tratamiento de las estenosis benignas se relacionaron en su mayoría con las 107 prótesis utilizadas. Catorce (13%), fueron migraciones, 6 colonizaciones (5,6%), desarrollo de granulomas en 10 casos (9,24%), hipersecreción mucosa en 2 (1,86%), y una rotura de la pared posterior de la tráquea (0,79%). Tabla K.

La migración y colonización de las prótesis fue más común en modelos rectos de silicona y menos frecuente en los diseños del tipo “estenótico”. Tabla L.

En cuanto al desarrollo de granulomas por contacto con el sent, ocurrido en 10 de las 107 prótesis usadas, han sucedido en seis ocasiones en las que se había aplicado un stent recto, dos con un tubo en “T”, una con un stent subglótico y otra con un estenótico. El tiempo de permanencia general para todas estas prótesis fue de 17 meses; pero individualmente, la complicación se detectó sobre un stent subglótico aplicado durante 36 meses, un estenótico por idéntico período, y grupalmente, 3 meses para los tubos “T” y finalmente, los stents rectos que generaron granulomas tuvieron un promedio de permanencia de 11,75 meses. Tabla M-N.

Grupo “no estenosis benignas”

El grupo de pacientes no incluido con las estenosis benignas está formado por todos los casos que presentaron otras lesiones invasivas de la luz traqueobronquial o que desarrollaban su crecimiento en ella, y si bien se compone en mayor número de carcinomas bronquiales, otras etiologías también fueron halladas en este conjunto, y ninguna de ellas, como se ha mencionado, puede ser incluida de modo alguno con las estrecheces benignas que afectan a la vía aérea.

Así, este grupo incluye 174 pacientes, de los cuales 38 tenían su afección localizada en la tráquea, 101 en bronquios y 35 compartían ambas localizaciones. Tabla O.

En 11(10%) de los 110 casos de carcinoma no fue posible la reconstrucción de la luz traqueal o bronquial. Tabla A.

En cuanto al tipo histológico de las lesiones, se hallaron 28 carcinomas epidermoides, 25 adenocarcinomas, 10 carcinomas de pequeñas células, 2 carcinomas de células gigantes y 8 tumores carcinoides. Las metástasis endobronquiales sumaron 10 casos. En otros 13, la biopsia endoscópica identificó al carcinoma, pero no resultó suficiente para establecer su histología.

Además se hallaron 1 condroma, 1 neurofibroma, 11 carcinomas de esófago que invadían la luz bronquial, traqueal o ambas; 7 carcinomas de tiroides comprometiendo la pared traqueal, 4 tumores mediastinales y 1 linfoma. En un caso el diagnóstico fue papiloma, en otro leiomiosarcoma, 1 granuloma y 2 amiloidosis bronquiales. En 45 casos mas no pudo establecerse el diagnóstico por broncoscopia flexible, siendo igualmente sometidos a tratamiento endoscópico de desobstrucción. El carcinoma epidermoide fue el tumor más frecuente con el 25,45% de los casos, seguido por el adenocarcinoma: 22,72% y el oat cell (9,09%). También recibieron tratamiento broncoscópico tres pacientes de fístula broncopleural en los que se realizó el bloqueo de la fístula con un dispositivo cilíndrico y macizo, de silicona. (Tabla P.) En este grupo se utilizaron 211 prótesis para 174 pacientes. (Tabla D).


En relación a las 10 metástasis, 8 de ellas eran de carcinoma renal de células claras, una procedente de un tumor de mama y la otra de colon. Tabla Q.

Las complicaciones sucedieron en 11 casos (6,32%); encabezadas por las hemorragias que igualaban la capacidad de succión del sistema de aspiración, 3 en total (1,71%) y que resultaron del tratamiento de un carcinoma no tipificado, un adenocarcinoma y un tumor carcinoide.

Migración de la prótesis en dos casos (1,49%): adenocarcinoma traqueal con stent estenótico en el primero y stent recto en un tumor carcinoide, el segundo. Colonización (0,54%), de una prótesis recta implantada en un caso de amiloidosis. La lista de complicaciones del presente grupo de lesiones ”no estenosis benigna” continua con un caso con edema intenso de la mucosa en el extremo de un stent dinámico (0,54%), paro cardíaco reversible, durante el tratamiento de una rotura traqueal (0,54%), un síndrome de vena cava superior (0,54%),seguido de muerte a las 48 horas, en un paciente con adenocarcinoma que invadía tráquea y ambos bronquios fuente (0,54%), una fibrilación auricular en un caso con adenocarcinoma (0,54%) y un neumotórax parcial en un paciente que carece de diagnóstico histopatológico. Tabla R. Así, la mortalidad determinada para este grupo de 300 pacientes resulta del 0,33%, y considerando la mortalidad vinculada al procedimiento, se reduce algo más: 0,25%. Tabla S.


La intolerancia a la prótesis resultó extremadamente rara. Sólo se observó en un caso en toda la serie, que representa el 0,33% en relación a los pacientes tratados y algo menor, 0,31% si se lo considera en función de los stents utilizados. Tabla T-U.

Se trata de una prótesis dinámica en “Y” implantada en una paciente con metástasis intrabronquial de un tumor primario renal de células claras. La intolerancia manifestada por tos incoercible se atribuyó al íntimo contacto de presión del extremo proximal de la prótesis con la mucosa traqueal contigua a una de sus anillos. El stent fue acortado y reinstalado sin alivio sintomático y tuvo que ser removido y reemplazado.


Discusión

La utilidad del método se halla bien consolidada y la selección de pacientes ha sido largamente comentada y publicada. Así expuesto, el debate sobre estos puntos sería, en función de su carencia de novedad y el aun menor aporte de conocimientos, monótono e innecesario. Observando las frecuencias de aparición de inconvenientes o la falta de ellos, surgen consideraciones que son el inicio de esta discusión. La serie de 300 casos contiene un grupo numeroso y exclusivo de estenosis benigna, en su mayoría traqueales. En todas ellas se recuperó el calibre de la vía aérea con el intervencionismo endoscópico. Luego, el procedimiento en general resultó claramente satisfactorio, con un éxito en alcanzar su propósito del 96,33%.

Habiéndose anunciado al electrocauterio como único dispositivo de corte, vaporización y termocoagulación utilizado en esta serie, sus posibilidades resolutivas guardan obligada relación con el 96,33% de casos resueltos (4-6). El 3,66% de fracasos corresponde a 11 casos con diagnósticos de carcinoma. En ello, el procedimiento falla en encontrar la luz distal a la obstrucción de la vía aérea (5) tal como sucede cuando las lesiones resultan ser intramurales y muy infiltrantes, es decir, cuando esta luz buscada no existe.

El uso abrumadoramente superior de las prótesis clásicas de silicona se debe a su simple disponibilidad en nuestro medio y, salvaguardando sus bien conocidas virtudes de comportamiento, su preferencia no se sustenta en el detrimento de oros tipos y diseños, también eficientes (7-9-10).

La deserción de pacientes intervenidos es llamativamente alta. Adicionando los casos que se encuentran en control o en tratamiento al momento de la confección de este relato alcanzan el 69,85% del total de las estenosis benignas. Así, mejores conclusiones generales no han podido ser obtenidas acerca de todos los puntos aquí examinados. Igualmente, se ha observado el tiempo en que los stent se han mantenido implantados en los pacientes. Pocos son los reportes acerca del tiempo de permanencia de las prótesis. En la literatura revisada, los dispositivos fueron retirados debido a curación, remisión de las lesiones tratadas o simplemente removidos tras un plazo tenido por suficiente para la estabilización o curación (11-12), sin conocerse en todos, los resultados del largo proceso terapéutico. En muchos casos el dispositivo permaneció implantado durante toda la sobrevida del paciente (8). Suelen mantenerse en la vía aérea durante lapsos variables, desde unas pocas semanas hasta 24 meses o más, dependiendo de la supervivencia del paciente en las enfermedades malignas o del control de su afección. Ello varía conforme a las preferencias terapéuticas de los grupos de trabajo. Existen reportes de permanencias muy prolongadas, que en algunas ocasiones han superado los 4 y 5 años, con buena tolerancia (13). La remoción del dispositivo por otras razones como su deterioro, modificación, disminución o pérdida de sus cualidades mecánicas o bien rechazo a sus componentes no fue observado.

En la serie que se presenta, los dispositivos permanecieron instalados durante un rango tan amplio como de 1 a 106 meses, dependiendo naturalmente de muy diferentes circunstancias, como el comportamiento individual de cada caso, su operabilidad, evolución y, precisamente, el elemento protésico seleccionado. Los tubos en “T” son usados durante un corto período, pues suelen cumplir “un paso” intermedio, en el camino de la terapéutica del paciente, en cambio los stents permanecen un plazo mucho mayor, puesto que intentan ofrecer a la pared traqueal o bronquial un soporte durante el tiempo requerido para su consolidación, pues no puede obtenerse en un tiempo menor lo que solo llega con él.

Hemos examinado el período de permanencia, relacionándolo con la etiología, y asimismo la permanencia de las prótesis en las estenosis benignas curadas que fue, tanto en promedio, como considerando individualmente cada prótesis, más corto para los stents de silicona del modelo estenótico (22,6 meses) que para los rectos (28,6 meses). Para que este hecho de plena certidumbre adquiera fuerza de verdad, se requerirá estudiar un grupo más numeroso de casos, pero podría estar señalando una tendencia.

Las prótesis estenóticas también mostraron una menor migración. Aunque esta situación es en cierto modo esperable, puesto que posee un perfil que trata de imitar el contorno de la estenosis, para obstaculizar su desplazamiento que es, en suma, el motivo de su diseño; y con su elección vemos nuestro propósito cumplido. Los stents estenóticos mostraron una menor colonización, sin que esta vez podamos ofrecer un fundamento cabal que lo explique. Los granulomas estuvieron presentes, como siempre lo hacen. Esta vez con una frecuencia de 9,4%. Los granulomas no deberían producirse si los stents fueron correctamente aplicados, es decir, con la porción media de la prótesis “ajustada” en la estenosis y sus extremos “flotando” en la luz traqueal.

El análisis del grupo “no estenosis benigna” reveló en primer término, una mayor cantidad de prótesis utilizadas (211 unidades), causa que se halla en la necesidad de usar más de un stent por paciente y también a veces más de un procedimiento. Esto a su vez deja ver indirectamente, que la probable extensión de la sobrevida permite a la enfermedad maligna, progresar y con ello recurrir obstruyendo en igual o distinto sitio a la vía aérea, motivando una nueva intervención.

En su mayoría corresponden a carcinomas broncopulmonares o de órganos vecinos. Entre estos últimos, el de tiroides, con extensión locorregional e invasión de la luz traqueal, circunstancia y etiología que en nada modifica la actitud del broncoscopista. Once casos de carcinoma de esófago que, a diferencia del anterior, lesiona e irrumpe a través de la pared posterior de la tráquea o, cuando su localización es más baja, comprometiendo al bronquio principal izquierdo una vez más en su pared posterior, pues es allí en donde el trayecto esofágico se cruza con este bronquio. Muchas veces el daño es de localización para-carinal izquierdo, pasando el esófago a habitar la luz bronquial. Ha resultado muy útil para realinear endoscópicamente el bronquio fuente izquierdo, expulsar el esófago y cubrir las fístulas que son compañera frecuente en este cuadro, utilizar un stent de silicona de pared lisa, pues los anclajes no son necesarios ahora. Uno de sus extremos se ensancha en forma de cono y coincide anatómicamente con el nacimiento del fuente. El extremo distal biselado, hace simple la maniobra de entrada al bronquio y la introducción del stent.

La migración de la prótesis, aunque menos común (11) en las afecciones malignas, también es posible. Se describen aquí solo dos migraciones (1,49%), en las que una de ellas corresponde a un tumor carcinoide en el cual un error en la tipificación temprana de la lesión, condujo al tratamiento de la obstrucción con implante de stent.

Pocos comentarios se harán acerca de dos hechos afortunadamente infrecuentes, como la intolerancia al stent, cuyas razones fueron ya claramente desarrolladas; y la muerte, como resultado del procedimiento, que en nuestro reporte fue del 0,25%. Correspondió a un paciente con enfermedad mediastínica debida a un adenocarcinoma. Siendo que el síndrome mediastinal hace riesgosa la broncoscopia rígida con fines diagnósticos, este riesgo se verá razonablemente incrementado cuando el procedimiento es además, terapéutico. Puesto que los mismos factores que operan en el primero, resultarán más influyentes en el segundo, por cuanto el tiempo necesario para la intervención será, por motivos fáciles de comprender, muy superior. Así, las maniobras que este conlleva y el desplazamiento de tejidos que provoca el broncoscopio rígido, derivan en aumento de la inflamación local y agravamiento del ya comprometido retorno venoso al mediastino. Tal lo sucedido en nuestro caso citado.

Este trabajo pretendió ser un recuento de los resultados en torno a lo sucedido luego de la asistencia intervencionista de un grupo medianamente numeroso, sin embargo adquirió un giro en su sentido al observar cifras que parecieran marcar una tendencia en cuanto a la relación posible entre el uso de prótesis y sus complicaciones vinculadas al tiempo de permanencia, revelando que, al menos para esta serie, el tiempo de permanencia de un stent, requerido para la curación de las estenosis benignas, puede situarse en “torno a los 23 meses” La casuística no es suficiente para otorgarle el carácter de una firme recomendación, pero se advierte una tímida utilidad orientadora. Quedan trazadas así, las líneas de una dirección a seguir hacia el encuentro de una solución que posea la magnitud del esfuerzo hasta hoy empeñado en detener, esta afección tan simple y rebelde a la vez.

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