Los stents traqueobronquiales son dispositivos usados para abrir vías aéreas colapsadas. Una estenosis o un estrechamiento de la luz se puede producir por muchos factores: cáncer de pulmón, cánceres metastásicos, infecciones, linfomas, tuberculosis, tejido de granulación anormal, etc.
Los stents de silicona son cilíndricos o sutilmente cónicos y se pueden introducir mediante un broncoscopio. A pesar de haber muchos materiales para elaborar stents, los de silicona son los que mejor resultado dan a la hora de tratar la gran mayoría de afecciones.
Los stents pueden ser permanentes o removibles. Además, se pueden usar a continuación de fotorresección láser, crioterapia o electrocauterio, para mantener la apertura de la vía aérea. Una vez se los coloca en la vía aérea, ésta permanece abierta haciendo que el aire pueda circular de manera efectiva y permitiendo el paso normal de secreciones.
Los stents traqueobronquiales se diseñan exclusivamente para ser usados en la vía aérea. Su colocación la llevan a cabo neumólogos cualificados. Requieren cuidados postoperatorios para asegurarse que permanezcan abiertos.
Estos pueden variar en rigidez al igual que en la resistencia a la compresión, dependerá esta última del ancho de la pared. Sobre todo, el mayor beneficio que presenta un stent es que permiten que la vía aérea se mantenga abierta y evitan que ésta colapse.